domingo, 17 de julio de 2011

Padres y maestros podrían manifestarse frente al consejo de educación por la falta de respuesta


Ciudad de Oberá. Misiones

OBERÁ. Mirta Abreu reclamó a las autoridades educativas de la provincia por la dilatada creación de una escuela, que permitiría albergar a los 82 alumnos que actualmente asisten a clases en una improvisada aula construida en el patio de su propia casa.
Ayer la fundadora del Hogar Merceditas y directora del aula satélite de la Escuela 237 adelantó que en los próximos días docentes y padres podrían viajar a Posadas para manifestarse frente al Consejo General de Educación, si no obtienen respuestas.
“No creo que sea burocracia. Estoy indignada y dolida con los funcionarios de Educación. No entiendo como no ven las condiciones en que dan clases los chicos”, disparó Abreu.
En diálogo con El Territorio, la docente recordó que gestionó la donación de un terreno por parte de la Municipalidad; luego, con el aval del Consejo de Educación, consiguió la estructura de una escuela que funcionaba en Panambí.

La nueva escuela vendría a cubrir la necesidad de espacio y personal que tiene el aula satélite de la 237, ya que en los últimos años la matrícula creció notablemente.
Un aula de ocho por cinco metros contiene a 45 alumnos del turno mañana, por lo que deben dar clases en el patio y hasta la cocina de la casa de Mirta Abreu, en el barrio Villa Stemberg de esta localidad. En tanto, la matrícula asciende a 82 niños de primero a séptimo grado.

A la deriva

Ayer, Abreu recordó que a principios de marzo desde el Consejo de Educación aseguraron que la creación de la escuela era un hecho.
Después me plantearon que la tierra no era del Consejo, por lo que doné la mitad del terreno que nos cedió la Municipalidad. Hoy la escuela está en condiciones, la tierra está a nombre del Consejo y hay 82 alumnos, por eso me pregunto qué hace falta para la creación como corresponde”, señaló.

Los chicos se merecen un lugar digno donde aprender. Esa es mi lucha”.

El aula satélite alberga y contiene a chicos en situación de riesgo, de entre cuatro y quince años, alternativa que permitió reinsertar al sistema educativo formal a muchos niños que no estaban escolarizados.
Hoy, la institución funciona con grados acoplados y cuenta con dos docentes, más la colaboración de una estudiante de magisterio. Gracias al apoyo de personas e instituciones, los responsables del hogar construyeron un aula en el patio de la casa de Abreu.
Con el crecimiento de la matrícula, la directora gestionó la estructura de la escuela 888 de Panambí, que cuenta con edificio propio, y contó con la colaboración de una empresa local para el traslado de la misma. Luego, los padres de los alumnos se encargaron del armado y la construcción del paquete sanitario, colocaron las aberturas y pintaron la escuela.

FUENTE: www.territoriodigital.com

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